miércoles, julio 16, 2008

El calor de sentir
Es que a tu cabeza no quiero tentar,
Si es tu corazón quien me quiere abrazar.
Es esta inmensa locura de saber que siempre has existido,
Y recién ahora te he conocido,
De no querer tenerle miedo a la noche,
Por la paz que me daría preguntar por tu día,
O despertarme a oscuras y mirarte dormida.
Si tu cuerpo está en guerra,
Que sea el calor de sentir
Quien le gane a la fría pereza de dormir.
Que al arriesgar no lo detenga el pensar,
Que mis sueños en tus alas puedan volar.
Hoy no cuestiono si todo está escrito,
Porque me acuerdo lo que escribí de chico,
En una carta que por ahí dejé,
Y en la línea de tu mano encontré.

jueves, julio 03, 2008

La cruz que no clavó
Frente a mi la historia
A la que la fuerza le arrancó un capítulo.
Tormento de emociones tristes, de sueños mutilados,
La cruz no se clavó, la rosa no durmió.
Pasajero obligado a viajar la vida en sentido contrario
Por llorar a la hija que le han robado.
La sangre se cortó en la vena que abrió el dolor
Del llanto irrenunciable que recuerda el horror.
El jazmín se secó pero la llama encendió;
María ya voló, con Francisca se encontró.
Al cielo miro yo, ¿es ahí donde no hay dolor?
Cadavéricos ayer, cadavéricos hoy,
No cambian las caras del terror.
Dos golpes que paralizaron el corazón,
Que besado por el amor luchó, y luchó.
Es irrenunciable la manera de vivir,
Y tan solo una ilusión perseguir.
El beso del tren
La bufanda a mi cuello enroscó
Y por mi pecho desgarrado deslizó.
Del frío quiso cubrirme…
Si tan sólo supiera que desde mi alma es de donde llega.
Mi dedo al tuyo abrazó,
Cuando mi parpado la tristeza reprimió.
Pero tu espíritu al mío observó,
Entre huesos lo encontró.
Tu mano a la mía abrazó,
De tu boca, la mía la sonrisa copió,
Cuando al rozar tus labios la calcó.
La bufanda se desenroscó, ¡sintió el calor!
La gente enfrascada en su mundo no comprendió,
Solo uno que me observó, sonrió
Al notar que mi alma tras tu beso revivió.