Tu Dios, mí Dios
Soy tu Dios, eso me hacés sentir
El más poderoso de todos.
Me ofreces tu vida y yo como un tonto
Juego con ella, lo hago a mi antojo.
Tus sentimientos se arrodillan ante los míos
Me suplican migajas, de un amor que no entiendo
Quizás por eso me entretengo con vos.
Devota de mí eres, fanática de mis pecados
Adoras mis sermones, esos que te hieren.
Tu sangre se entrega a la mía
Compras mis discursos de un mañana menos frío,
En el que tu corazón por fin sienta abrigo.
Fiel pastora todos mis días,
Reclutas más fieles a mis filas,
Pero tu cruz se hace mía,
Y llegará el día en que sonrías,
Tu venganza clavará mi vida,
A una dura cruz, que hoy nadie mira.
Un infierno celestial es lo que me queda,
Donde mi verdad se hace mentira,
Donde tu mirada hoy me lastima.
lunes, agosto 28, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario