martes, marzo 11, 2008

La estupidez toma forma
Sus orejas puntiagudas se apartaron de mi sombra,
Tomaron su propia forma.
Estaban ahí, detrás de mí,
Mis oscuros pasos seguían.
El ritmo se acelera, la adrenalina se condensa,
Y un frío rocío humedece mi piel.
Mi alma viene a buscar, pensé.
¿Pero qué le puedo importar a Satán?
Si solo, ya sin sentimientos, por este mundo se vagar.
Su amigo Dios, con sus falsas promesas, me los exterminó,
Son socios en este perfecto terror.
Opuestos pensados el uno para el otro.
Esperaba su mano en mi hombro pero nunca llegó.
La sombra me seguía fiel,
Como si fuera un perro rastreador.
En el paño de baldosas, el límite que propusieron la luz y mi sombra
Terminó excluyendo sus afiladas orejas.
¿El Diablo será solo eso?
La sombra y el miedo que propone la estupidez cristiana…

No hay comentarios.: